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QUOVIS es un término latino que significa "donde quieras"

Es un vehículo muy especial, porque ha sido diseñado y fabricado específicamente para facilitar la movilidad urbana y su integración en el tráfico rodado a las personas con discapacidades físicas. El Quovis está dirigido a personas que deben moverse en silla de ruedas. Es pequeño, manejable, seguro, económico y confortable pero, sobre todo, permite una accesibilidad total, el principal problema con que se encuentran estas personas cuando quieren conducir.

Coche VEXEL, parte trasera

Para ello dispone de una puerta trasera que se abre en dos planos y con un mando a distancia. El plano superior se eleva y el inferior baja hasta el suelo para convertirse en una rampa que simplifica el acceso con silla de ruedas. Una vez en el interior, el conductor sólo tiene que fijar su silla, sea del tipo que sea, y arrancar. Se conduce como cualquier automóvil, y puede adaptarse para tetrapléjicos con dificultades de movilidad en las manos. Está equipado con un motor bicilíndrico, en tres versiones que alcanzan los 45, 70 y 80 kilómetros por hora.

El Quovis es, sin embargo, totalmente innovador ya que no se trata de un vehículo adaptado, sino especialmente diseñado y desarrollado para conductores con minusvalías. Sus especiales características permitirán, según sus responsables, que muchas personas que hasta ahora no se atrevían a conducir un coche, aunque estuviese adaptado, se animen a integrarse en el tráfico urbano.

El Quovis se caracteriza por sus líneas redondeadas y modernas, y una trasera muy vertical. De hecho, su aspecto exterior recuerda al de un Smart. En este caso, la estética no se ha supeditado a su especial función, sino que se ha buscado una combinación de ambas. El vehículo mide 2,3 metros de largo, 1,5 de ancho y 1,7 de alto. Su aspecto exterior está marcado por las grandes defensas y la amplia superficie acristalada, que asegura una perfecta visibilidad. El conductor puede entrar en el vehículo con silla de ruedas. Para ello, el portón trasero se abre, con un mando a distancia, dejando una rampa de acceso. Esta puerta (y su tamaño) ha sido pensada para aparcarlo con la parte trasera hacia la acera. Así, el conductor puede entrar y salir con total seguridad. Se conduce desde la silla, que se fija al suelo con un mecanismo electromagnético, y que dispone también de cinturón de seguridad.

Está disponible en tres versiones: L4, que alcanza una velocidad máxima de 45 kilómetros por hora y se puede conducir con licencia de ciclomotor; L8, con una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora y que exige el permiso A1 o B (motocicleta o automóvil); L15 alcanza una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora y se puede conducir con licencia de A1 o B (motocicleta o automóvil). El consumo es muy reducido, de 3 a 4,5 litros cada 100 kilómetros. El precio oscila entre los 11.000 y los 14.000 euros, lo que lo sitúa en un nivel similar al coste de una silla de ruedas eléctrica.

Pese a sus peculiaridades, el Quovis dispone del confort de cualquier utilitario. Está disponible con el volante regulable en altura y profundidad, bloqueo antirrobo, preinstalación para radiocasete o CD, limpiaparabrisas de dos velocidades, cinturón de seguridad, apertura con mando a distancia y señal luminosa, luz interior y bolsas laterales para guardar objetos y documentos.

Su equipamiento opcional tampoco tiene nada que envidiar al de un pequeño utilitario, pues incluye elevalunas eléctricos, dirección asistida, luces de emergencia, calefacción, spoiler trasero, techo solar, aire acondicionado y llantas de aluminio. El Quovis es muy maniobrable. Su radio de giro de 4,5 metros facilita el aparcamiento contra la acera y la circulación en ciudad. Lleva también una pegatina que avisa al resto de los conductores de que lo conduce un minusválido.

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